¿Y ahora?
Caminamos en silencio en mitad de la noche, compartiendo los restos de unas risas que segundos antes nos dejaban sin aliento. No hay palabras. No son necesarias. Hace tiempo que superamos las barreras y fuimos capaces de sentirnos cómodos compartiendo el silencio. De pronto te miro y tu sonrisa hoy parece distinta. O quizás no. Quizá tu sonrisa sea la de siempre y sean mis ojos los que miran diferente. El caso es que te miro y, por extraño que resulte, después de tanto tiempo me sorprendo preguntándome a qué sabrán tus labios. Y de pronto el tiempo se ha detenido, la ciudad ha quedado en silencio y las ganas de probar tus labios se han adueñado de mi cuerpo. Mientras tú, ajena al caos que se ha abierto paso en mi mente, sigues caminando distraída con las manos en los bolsillos de tu chaqueta. ¿Y ahora? ¿Qué se supone que debes hacer cuando todo cambia? ¿Cómo se administran las emociones que surgen de pronto y con tanta fuerza?